martes, 9 de abril de 2024

Diferentes concepciones del capitalismo digital

 El sistema capitalista ha estado profundizándose durante años. Constantemente busca nuevas fronteras, nuevas formas de subsumir y transformar en dinero o capital aquellas cosas que nos rodean. Los viajes espaciales y la minería en alta mar son ejemplos de estas nuevas fronteras. Este proceso de acumulación capitalista explota el trabajo y saquea los recursos de la tierra. Ha creado un sistema económico donde parece no haber límite para la capacidad de generar ganancias, y donde ni siquiera una pandemia que dejó un saldo destructivo de millones de muertes ha detenido el proceso. De hecho, muchas empresas vieron aumentar sus ganancias como resultado de la pandemia y la crisis.

En el sistema capitalista, nuestra función principal consiste en proporcionar trabajo o consumir bienes o servicios. Entonces, las grandes empresas tenían el enfoque en cómo hacernos elegir sus productos, o cómo hacernos consumir más. La adopción generalizada de Internet desde la década de 1990 abrió todo un nuevo mercado a empresas que ofrecían servicios y productos. Comenzamos a abrir la puerta a las corporaciones para que virtualmente ingresaran a nuestros hogares, les mostramos cada paso que dábamos, nuestros gustos y preferencias. Todo esto a cambio de lo que parecían servicios 'gratuitos', como "tu cronología mensual de visitas en Google Maps" o algoritmos de Instagram que prometían más contenido que nos gusta. Si bien muchos pensaban que veíamos videos o consumíamos estos servicios sin costo alguno, la realidad es que al hacerlo proporcionamos enormes cantidades de datos valiosos a estos gigantes tecnológicos que cada vez les permite predecir nuestro comportamiento.

Hoy en día existen una amplia diversidad de autores que han dado diferentes etiquetas y explicaciones al mundo en el que vivimos. Capitalismo de Vigilancia, Capitalismo Digital, Capitalismo de Plataforma, Colonialismo Digital y tecnofeudalismo, por nombrar algunos. Todas estas definiciones buscan crear conciencia sobre el impacto que las empresas tecnológicas han tenido en los últimos años en el sistema capitalista y comprender cómo lo han cambiado. Cada una de estas definiciones trata de explicar un punto particular con respecto a esta nueva realidad. Cada una muestra una cara diferente del sistema. Pero todas convergen en lo mismo: los gigantes tecnológicos o las empresas de "big tech" son los protagonistas y impulsores de este cambio, y por lo tanto, los grandes ganadores.

Los llamados gurús del Foro Económico Mundial en Davos enfatizan este cambio como una "cuarta revolución industrial", y muestran diversas imágenes de robots interactuando con seres humanos como si eso fuera la diferencia y el motor del cambio. La verdad es que hemos estado interactuando con robots desde mediados del siglo pasado. No hay nada nuevo en eso. Lo que es nuevo y significativo es la emergencia de una nueva materia prima en la economía: los datos, o "big data" como se le llama. Estos datos, correctamente analizados a través de algoritmos, son los que explican y muestran nuestro comportamiento y nuestros procesos productivos. Y si un comportamiento puede ser sistemáticamente explicado, puede ser predicho. Y si puede ser predicho, se pueden generar incentivos para modificarlo. Por ejemplo, imagina que te desplazas al trabajo todos los días y eliges tomar el metro a menos que esté lloviendo. Cuando llueve prefieres tomar un Uber o un Lyft al trabajo. Para cuando hagas eso consistentemente, tu teléfono ya habrá recopilado esos datos a través de Google Maps, Uber, Lyft y quizás la aplicación del clima. Ahora imagina que Uber o Lyft quieren que los elijas: ¿qué tan difícil sería para ellos enviarte un pequeño descuento una vez que revisas tu Instagram en un día lluvioso? De esta manera te animan a elegirlos entre otras plataformas sin que ni siquiera lo notes.

Esto es lo que la autora Shoshana Zuboff ha llamado Capitalismo de Vigilancia. Por su parte, el autor Nick Snircek ha hablado de Capitalismo de Plataforma, refiriéndose al poder de mercado que tienen estas empresas tecnológicas al controlar plataformas clave que usamos para nuestros servicios básicos de internet. De hecho, las plataformas que usamos todos los días se han convertido en organizadores del mercado a su conveniencia, posicionándose como monopolios y cambiando las reglas del juego del capitalismo.

El caso más emblemático de gamificación es Pokemon Go. Este juego requiere que te muevas físicamente para poder encontrar monstruos y obtener más beneficios. Por lo tanto, dejarlo encendido mientras te mueves puede ser ventajoso. Esto resulta en una forma lúdica de compartir los datos de nuestros movimientos con empresas. Estas empresas lo consideran clave, ya que pueden conocer nuestra ruta y hacer sugerencias basadas en ella. Estas sugerencias pueden variar desde resaltar lugares que están en nuestro camino, o incluso sugerir rutas a otros lugares que han invertido más en nuestros datos. Imagina que te encanta el café y a menudo vas a diferentes cafeterías para probar cosas diferentes, ¿no sería conveniente encontrar tu próximo Picachu dentro de tu Starbucks más cercano?

Capitalismo monopolista

Estas empresas que procesan y venden nuestros datos a empresas más pequeñas se han vuelto tan grandes que cada vez es más difícil evadir el uso de ciertos servicios y empresas, restringiendo la libre competencia y generando un peligroso monopolio en los mercados. Pero notemos algo: el monopolio no es una condición necesaria para que funcionen adecuadamente, como veremos más adelante en el curso. Han monopolizado los mercados mediante la compra de competidores, volviéndose ellos mismos no interoperables (incapaces de interactuar con otro software o servicios) e invirtiendo grandes sumas de dinero en publicidad, análisis de datos y prácticas de dumping para eliminar competidores.

Estas plataformas también son "austeras" ya que se financian con capital de riesgo y solo obtienen ganancias después de varios años de vida. Amazon, por ejemplo, fue creada en 1995, pero tuvo que esperar hasta 2001 para tener su primer año rentable. Se financian con capital de riesgo esperando eliminar a todos los demás que puedan competir para tener el monopolio del mercado y, por lo tanto, poder establecer sus propias reglas.

Entonces, si la empresa está mejor posicionada hoy que hace un año, ¿por qué el precio de las acciones es mucho más bajo que hace un año? Como dijo el famoso inversor Benjamin Graham, "En el corto plazo, el mercado de valores es una máquina de votar; a largo plazo, es una máquina de pesar". Claramente, hubo mucho voto en el año de auge del '99, y mucho menos pesaje. Somos una empresa que quiere ser pesada, y con el tiempo, lo seremos; a largo plazo, todas las empresas lo son. Mientras tanto, tenemos la cabeza baja trabajando para construir una empresa cada vez más sólida y pesada.

Otras plataformas como UBER aún no son rentables y los inversores siguen esperando que eso cambie. Es una apuesta del propio capital para generar actores monopolísticos que impongan las nuevas reglas en nuestras democracias, en nuestro mercado laboral y en nuestros sistemas sociales, culturales, educativos, de salud, comunicaciones y otros.

La teoría del tecnofeudalismo argumenta que hay una nueva mano invisible de algoritmos que convierte a empresas como Google y Facebook en 'aspiradoras digitales' de riqueza, llevándonos a una regresión tecnofeudal en la que las gigantescas fuerzas digitales e improductivas dominan la sociedad y la economía, socavando los poderes políticos del Estado.

Durand sostiene que las Big Tech - Google, Amazon, Facebook, Apple, Microsoft - recrean la lógica política y económica de la época feudal. Las grandes plataformas y entornos digitales se han convertido en fortalezas "medievales" que colonizan el ciberespacio y se alimentan de él: ganan todo el territorio de su negocio y adquieren a la competencia y a las empresas complementarias. En el feudalismo, el siervo campesino estaba unido a la tierra: no pertenecía al señor feudal, sino a la tierra, que pertenecía a ese señor. Cuando usamos Facebook o Google, nos volvemos inseparables de los datos que generamos en la tierra digital. A partir de estas huellas, se crea una relación de extrema dependencia, de la cual es difícil escapar porque hacen nuestras vidas más fáciles. ¿Es posible vivir sin usar ningún servicio de Google? Es posible, ¡pero complicaría mucho nuestra existencia! Durand afirma que, lejos de favorecer la autonomía de los individuos, el aspecto más llamativo de la economía digital es el retorno a relaciones de dependencia.

Sea como sea, la verdad es que no hay nada 'revolucionario' en este proceso. No hay un cambio de paradigma o sistema, sino más bien un profundización del sistema económico en el que vivimos, que sigue expandiéndose sin límites. De hecho, con la tecnología integrada en los seres humanos y el desarrollo anticipado del cíborg, incluso nuestros procesos biológicos y nuestros pensamientos eventualmente son susceptibles de ser monetizados.

Por ejemplo, Neuralink, una empresa propiedad de Elon Musk, ha estado intentando leer mentes desde hace un tiempo. El objetivo inicial de la empresa era implantar chips en el cerebro que permitieran a personas con lesiones graves de médula espinal volver a caminar, pero la tecnología también puede ser utilizada de otras maneras: imagina tener un chip dentro de ti y poder controlar todos los equipos tecnológicos y redes sociales que posees solo con pensarlo. Ahora imagina cómo podrían valorarse tus pensamientos, o lo que es peor, ¿cuáles podrían ser las ventajas potenciales que una empresa podría tener para poder borrar o cambiar recuerdos? Ciertamente parece ciencia ficción, pero hay proyectos concretos que van en esa dirección.

Si diagramamos esta 'revolución industrial', podríamos ver un proceso con las siguientes características:

Digital industrilization
Thus defining the production process of digital capitalism.

Notes

  •     Zuboff, S. (2019). The Age of Surveillance Capitalism: The Fight for a Human Future at the New Frontier of Power. Profile Books. ↩︎
  •     Srnicek, N. (2017). Platform Capitalism. Wiley. ↩︎
  •     Durand, C. (2021) Technofeudalism Critique of the digital economy. ↩︎
  •     WeForum. (2016, January 14). The Fourth Industrial Revolution: what it means and how to respond. The World Economic Forum. https://www.weforum.org/agenda/2016/01/the-fourth-industrial-revolution-what-it-means-and-how-to-respond/ ;↩︎
  •     CNN Money. (2002, January 22). Amazon posts first-ever profit in 4Q - Jan. 22, 2002. CNN Business. from https://money.cnn.com/2002/01/22/technology/amazon/ ;↩︎
  •     Bezos, J. (2001). Letter to shareholders. To our shareholders: Ouch. It's been a brutal year for many in the capital markets and certainly for Amazon.com shareholders. https://s2.q4cdn.com/299287126/files/doc_financials/annual/00ar_letter.pdf ;↩︎
  •     Pereira, D. (2023, January 13). Is Uber Profitable? Business Model Analyst. https://businessmodelanalyst.com/is-uber-profitable/ ;↩︎
  •     Finlay, M., Cooper, G., Jagatia, A., King, S., & Sanderson, M. (2022, February 10). Why does Elon Musk want to read your mind? The Guardian. https://www.theguardian.com/science/audio/2022/feb/10/why-does-elon-musk-want-to-read-my-mind  ↩︎


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