En cuanto a legislación, la UE es la región que está trabajando más arduamente para desarrollar nuevas regulaciones. Su objetivo declarado es establecer reglas básicas para las empresas tecnológicas para que la población no resulte perjudicada por la economía digital. En los últimos años, la UE ha intentado poner orden en un mercado no regulado con iniciativas que incluyen la auditoría de algoritmos, la tributación, la protección de datos y las fracturas monopolísticas.
Sin embargo, estas regulaciones aún no logran el objetivo de la UE de convertir la industria digital en un mercado competitivo para empresas no monopolísticas. Esto se debe en parte a que no es solo responsabilidad de la UE; las mayores empresas tecnológicas son principalmente chinas y norteamericanas. Pero también se debe a la creciente influencia del lobby de las Grandes Tecnológicas en Europa, que ha impedido que algunas regulaciones importantes moldeen la economía digital a favor de una estructura alternativa del sistema.
Pero esto no significa que Europa haya decidido ser espectadora en la lucha por la hegemonía digital entre Estados Unidos y China. La estrategia de la UE parece ser mejorar su industria local a través de la inteligencia de datos integrada en objetos cotidianos, comúnmente conocida como el internet de las cosas (IoT). Un automóvil necesita mapas y sistemas inteligentes para conducirse solo. Un refrigerador "inteligente" necesita saber qué contiene y qué consume la familia para sugerir compras. Un software de gestión del tráfico necesita conocer el estado de la movilidad urbana en tiempo real, y así sucesivamente. Y esta parece ser la apuesta principal de la UE, mejorar su ecosistema de empresas tecnológicas e industria pesada.
Sin embargo, la expansión de estas empresas europeas parece haberse estancado.
Fuente: Statista
En el gráfico anterior podemos ver cómo la tasa de crecimiento de las empresas más valiosas de Europa se ha estancado en comparación con China o Estados Unidos, y esto se debe a que estas empresas tecnológicas están cada vez más convirtiéndose en plataformas de plataformas. ¿Qué significa esto? Las grandes empresas tecnológicas se han vuelto tan monopolísticas y han concentrado tantos datos que es difícil desarrollar sistemas para reemplazarlas sin incurrir en costos elevados. Como resultado, las empresas industriales, incapaces de desarrollar sistemas eficientes y competitivos, dependen de los servicios de empresas más grandes para esta actualización.
En otras palabras, el software puede desarrollarse para ayudar a los automóviles europeos a navegar mejor por el tráfico en las ciudades, pero debe desarrollarse utilizando Google Maps, por mencionar solo un ejemplo. Así, la presencia de gigantes tecnológicos estadounidenses en Europa está creciendo progresivamente. No solo proporcionan servicios a empresas europeas, sino que también hacen lobby ante los gobiernos, especialmente para obtener acuerdos que los beneficien en términos de regulaciones supranacionales, como veremos en la próxima unidad sobre comercio.

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